¡Maldigo los temporales secos!
Pareciera que nada en mí hay
por mucho que indague raspando en mi alma,
y mi poesía, nunca existió o jamás volverá.
Siento una desmedida antipatía por los desiertos.
Me repulsan estas eternidades deshidratadas.
¡Quiero lluvia, por favor! ¡Lluvia!
No hay comentarios:
Publicar un comentario