¡Y no me di cuenta: que cuando un manantial queda en sequía, el suelo se agrieta!
Entonces solo permanecen perennes, sus marcas.
Marcas, como en serigrafía.
Exactamente eso sois, sí, como la imagen fantasma en un marco muy raído.
En mis hilos habitaréis para mis restos, en forma de recuerdos ilustrados,
obstaculizando el buen fluir de la tinta de mi vida.
Nunca seré una tajante transparencia.
Porque, decidme, ¿cómo os borro?
Hasta que mis fibras quebranten y mi madera se pudra, temo, no os iréis de mí.
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