Ya he acariciado cada recoveco de tu piel,
pues nos recorre el mismo aire y nos hemos sentido;
pues nos recorre el mismo aire y nos hemos sentido;
y de él, también, reconozco que hemos respirado el mismo oxígeno,
por lo que ya
hemos penetrado la una dentro de la otra.
Y déjame ilustrarte sobre la textura
de tus labios,
pues ya te he besado, sin saberlo, porque bebemos la misma agua,
y permíteme confesarte que, como ella, tu sabor es indescriptible.
Y todo ello conduce a la conclusión de que: ya he, pero aún no he.
Y todo ello conduce a la conclusión de que: ya he, pero aún no he.
Me resulta muy bien el poema, amiga.
ResponderEliminarBeso
Corto y breve, dos veces bueno.
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